¿Eres un aspirante a dictador que intenta destruir la democracia desde dentro? ¿ Quieres gobernar de por vida sin oposición? ¿Se interponen en tu camino cosas tan molestas como el respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho?
Hoy es tu día de suerte. Aquí tienes una guía paso a paso para hacer realidad tus sueños de dictadura...
Probablemente ya sepas que necesitas restringir los medios de comunicación independientes. No tiene sentido que el público vea lo que los críticos dicen de ti. Especialmente cuando es verdad.
Lo mismo ocurre con la llamada sociedad civil, esas organizaciones independientes que tienen otras ideas, ¡ideas distintas a las tuyas! Restringe también a la sociedad civil.
Es esencial que también socaves la independencia de los tribunales. De nada sirve hacer leyes que cumplan tus deseos si algún juez mina tus esfuerzos.
Haz lo que puedas para inclinar las elecciones a tu favor. Además de controlar los medios de comunicación, inclina la balanza utilizando indebidamente los datos personales de los votantes.
Declara el estado de excepción una y otra vez. Así podrás gobernar por decreto, eludir la supervisión parlamentaria y consolidar tu poder ejecutivo.
Busca chivos expiatorios. Tienes que asegurarte de que la gente no te culpe a ti y a tu partido gobernante de los problemas de la nación. Al fin y al cabo, estás en el país más corrupto y empobrecido de la región. No querrás que nadie piense que es culpa de los que gobiernan.
Intenta denigrar a los inmigrantes y a los solicitantes de asilo. Eso siempre parece funcionar. También puedes centrarte en las personas LGBT. Y de paso, lanzar una campaña de odio antisemita.
Y si tienes la suerte de dirigir un país de la UE, tienes otro chivo expiatorio a mano: Bruselas. No dejes que el hecho de que estés recibiendo dinero de la UE te impida realizar repetidamente campañas de propaganda pública atacando a la UE y sus valores democráticos.
La cuestión es que necesitas chivos expiatorios para distraer a la opinión pública y que no piense en quién está realmente detrás del desastre en el que se encuentra el país.
Si, después de hacer todo eso, las cosas todavía no están bajo tu pulgar autoritario tanto como te gustaría, prueba esto. Trabaja en una nueva ley para estrangular aún más a la sociedad civil atacando su financiación.
Propón dar amplios poderes a un organismo nombrado por el gobierno para perseguir a los grupos que sigan sin someterse a tu voluntad. Afirmar que es una cuestión de seguridad nacional. No importa lo ridículo que suene.
Apunta a sus líderes, fundadores y miembros del consejo. Oblígales a presentar declaraciones de bienes. Somételos a auditorías fiscales e inspecciones financieras. Respalda todo esto en la nueva ley que propones con la amenaza de desagradables castigos en caso de incumplimiento.
En otras palabras, haz todo lo que Viktor Orbán y su gobierno han estado haciendo -y ahora planean hacer- en Hungría.
